domingo, 11 de abril de 2010

Entre Atenco y Almoloya, un galeón llamado Plantón

La historia oficial la dictan los mequetrefes del poder desde los poderosos medios de estupidización masiva, la memoria no oficial corre por las venas ocultas de la sociedad en muchas formas, los medios alternativos es una de ellas. Aquí te presentamos un nuevo documental en 6 partes que sintetiza los gloriosos días de la alianza entre el EZLN y Atenco y la respuesta bestial del Estado representado por el PRI, el PAN y el PRD. Imágenes inéditas y un discurso narrativo fresco y metafórico, hacen de este video un aporte esencial para entender la política represiva del Estado mexicano.

SALVADOR DÍAZ
Que el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad Autónoma Chapingo haya sustentado generosamente el estreno de Entre Atenco y Almoloya, un Galeón llamado Plantón, en el auditorio Emiliano Zapata de Chapingo, significa la congruencia en la práctica de una agrupación solidaria con las causas más nobles, en este caso con los presos políticos por la represión al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de Atenco el 3 y 4 de mayo de 2006. Este corto muestra la emoción que provocó en la audiencia el documental de Salvador Díaz.

PLANTÓN: SUPERLATIVO DE FORESTAL HUMANIDAD
Toda obra que merezca el subrayado tiende a generar reflexión, una especie de laica eucaristía en reverbero... que deja fuera de la pagana consagración la leidita o el vistazo; reflejo suscita en la intimidad de los espejos, independientemente si ésa fue o no la pretensión de literatos, pintores, músicos, cineastas... lo visto con algo más que una miradita y lo escuchado a deshoras de los tímpanos, se queda en el poso y en el pozo en una sola homofonía: la merita profundidad de lo esencial.

En videos de Salvador Díaz está aquella interioridad de los cristales, como en el Plantón superlativo de forestal humanidad, símbolo ambulante no contradictorio, dialéctico, el árbol de la vida más allá del Apocalipsis de Juan, El Apóstol, pero más acá de la otredad, del otro, en este caso del preso político cuya encarcelación me encarcela y cuya liberación me libera. El Plantón superlativo aquí se simboliza, ontológicamente se sublima, el Plantón superlativo se halla por todas las raíces, el Plantón superlativo se pluraliza en cipreses enramalados de auténtico vocerío, sin más héroes que la batalla tumultuaria por la libertad del otro, sin más liderazgo que la sincera solidaridad incondicional hacia el otro, sin más protagonismo que la voz aquélla que -también dialécticamente- apagará la sombra que contra el otro el carcelero exhala.
PINO PAEZ
Entre Atenco y Almoloya, un galeón llamado Plantón. (1 de 6)

Entre Atenco y Almoloya, un galeón llamado Plantón. (2 de 6)

Entre Atenco y Almoloya, un galeón llamado Plantón. (3 de 6)

Entre Atenco y Almoloya, un galeón llamado Plantón. (4 de 6)

Entre Atenco y Almoloya, un galeón llamado Plantón. (5 de 6)

Entre Atenco y Almoloya, un galeón llamado Plantón. (6 de 6)

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